La mente debe estar en silencio. Cada día desde que te levantas y hasta que te acuestas la mente no para un minuto. Ya sea que pensemos sobre nuestro trabajo, problemas familiares, económicos etc, la mente está en activo, incluso no nos deja dormir cuando vamos a la cama. El problema de pensar tanto es que montamos una película la mayoría de las veces que ni llega a filmarse. Y lo peor de todo es que la consecuencia de estar todo el día pensando es el estrés, el cansancio y el insomnio. Nuestra mente nos eleva o nos hunde. Sufrimos por cosas que tal vez nunca lleguen a pasar: " pagas de antemano, un préstamo que ni siquiera vas a pedir". La solución a este problema es aprender a desconectar. Utilizar la mente solo en los momentos necesarios, el resto, prestar atención a lo que estás haciendo sin analizarlo, solo vivirlo. Para aprender a dejar la mente en silencio, podemos parar de vez en cuando y aprender a respirar conscientemente, ya que mientras lo haces, no existe nada más a tu alrededor. Otro día aprenderemos técnicas de la respiración consciente.
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