Felicidad Ahora

Cuando se habla de cumplir los Mandamientos de Dios, la gente suele ponerse a la defensiva y contestar eso de: "yo no creo", "esos mandamientos no son para mi" etc.
Yo siempre he querido ver los mandamientos como un error de traducción, y prefiero llamarlos los Consejos de Dios.
Cuando un padre le dice a su hijo: no metas los dedos en el enchufe, ¿es un mandamiento o un consejo? El hijo tiene la posibilidad de elegir. Si elige no meterlos parece que no pasa nada, pero obtiene la bendición de la obediencia al padre y salud, mucha salud. Pero si elige meterlos, el hijo tiene la libertad y también la consecuencia: recibir una descarga eléctrica.
Si miramos los Consejos que Dios nos ha sugerido, se llenan de significado. Además, algunos tienen una bendición si los cumples:
“Honra a tu padre y a tu madre", para que tus días se prolonguen sobre la tierra"
"No cometerás homicidio". (Sin vida no podremos cumplir con lo que hemos venido a hacer a la tierra)
"No cometerás adulterio". (Nada de enamorarse de gente ya comprometida)
"No robarás" (A cada uno lo suyo, lo que quites por un lado te será quitado por otro)
"No darás falso testimonio contra tu prójimo" (Con la verdad se va a todos los lados)
"No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno". (Debes ser feliz con lo que tienes).
Y por último creas o no en los mandamientos, se te aplicarán de todas maneras porque son leyes naturales para todo el mundo.