le acercó un viajero.
"Perdone”, dijo el hombre, “voy a Atenas y nunca he estado allí. ¿Tiene idea de
cómo es?”.
“¿De dónde viene usted?” preguntó Asclepius.
“De El Pireo”, dijo el viajero.
“Y qué tal es El Pireo”, preguntó Asclepius.
“Oh, es un lugar horrible”, dijo el hombre.
“Bien, supongo que encontrará Atenas parecido”, dijo Aspclepius.
“Horror”, dijo el hombre, y siguió su camino.
Poco después, Asclepius encontró otro viajante.
“Perdone”, dijo el segundo hombre, “voy a Atenas y nunca he estado allí antes.
¿Tiene idea de qué tal es?”.
“¿Y de dónde viene usted?”, le preguntó Asclepius.
“De El Pireo”, dijo el viajante.
“¿Y qué tal es?”, preguntó Asclepius.
“Oh, es un lugar maravilloso", dijo el hombre.
"Pues creo que Atenas también le gustará", dijo Asclepius.
"Oh, estupendo", dijo el hombre, y siguió su camino.
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