La tercera edad.

La entrada del blog de hoy es un poco dura, pero la he hecho con toda mi buena fe y todo mi corazón.
Creo que ya he dicho varias veces en mis blogs que me dedico al voluntariado con ancianos. No lo digo por presumir sino para aconsejaros que hagáis voluntariado, para que disfrutéis del mismo conociendo gente maravillosa.
Las trabajadoras que se encargan de que a los ancianos no les falte de nada son maravillosas, hacen una labor encomiable, pero por favor no llevéis a vuestros seres queridos a un asilo.
Un anciano en su casa con su familia espera la llegada de los nietos, de los hijos, tiene cosas que hacer aunque sea solo leer el periódico o ver la tele, pero en un asilo el día a día de los ancianos es simplemente esperar a que termine la vida de la mejor manera. Se llevan todo el día esperando, mirando hacia la puerta a ver si alguien conocido entra. Los veo deteriorarse día a día y se me parte el corazón. Es difícil imaginar el por qué alguien deja a un anciano en un asilo, imagino que si preguntamos a los familiares tendrán un por qué, aún así no me imagino a mi mismo dejando a mi madre(la persona que más quiero en este mundo)en uno de ellos.
Espero no haber herido susceptibilidades pero veo el dolor de personas maravillosas que no quieren estar en un centro al que creo no pertenecen.

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