Como todo el mundo sabe yo no tengo tele ni la necesito. También todo el mundo sabe que me gusta la tele o mejor dicho que me gustaba mucho, hasta que decidí no perder el tiempo delante de la caja tonta y ya son más de 8 años sin ella.
Últimamente, por mi nuevo trabajo, tengo la posibilidad de ver algo de tele, y me doy cuenta lo zafia que son la mayoría de programas, pero lo peor de todo es que me doy cuenta del enganche que en un momento dado puede uno tener sobre todo cuando salen los anuncios de las últimas tecnologías. El último Iphone, el último teléfono Samsung, la última televisión con Smart tv, 3d, Wifi, Led etc. Verdaderamente uno quiere tener eso, y es gracioso porque aún no hace un año que te compraste una tele, pero claro, no era Led, ni tenía Smart Tv, y ahora tú eso lo quieres(¿lo necesitas?).
No hace ni dos años que te dieron en tu compañía de teléfonos tu Samsung Galaxy II, pero ya te encuentras con la necesidad de tener el III porque trae otras ventajas(siempre pensé que un teléfono era para hablar y la tele para mirar, pero ahora se interactúa).
Yo no tengo smart phone(tengo un ladrillito), por tanto no tengo WatsApp(me dicen mis amigos que ya no pueden pasar sin él), y claro se comunican menos conmigo porque los sms valen dinero y no quieren mandarlos. Además es gracioso, cuando mi amiga Su viene a mi casa, suele estar la mitad del tiempo prestándome atención y la otra mitad prestándole atención a su teléfono ya que el pitidito del WatsApp no la deja y tal y como veo el tema el programita ese es como una droga.
Y sí, los anuncios no dan la felicidad pero parece ser que mucha gente piensa que si.
Yo quiero el tipo de felicidad que vine de lo simple, no de las cosas. Haz una pausa y considera con conciencia plena:¿esto me dará la felicidad?¿O contribuirá a que haya más estrés y ansiedad en mi vida?