No me abandones, yo no lo haría.

En ésta época del año es cuando más se abandonan a los perros. Durante un tiempo el perrito ha hecho las gracias que tenía que hacer pero ya es mayor y ahora ya no nos vale. Hay que sacarlo a pasear, a hacer caca, hay que darle de comer, etc. Los perros no son un juguetito que se usa ahora y se abandona después.
Cuando alguien recibe una mala noticia, los perros reconfortan mucho a sus dueños e incluso a los que no lo son.
Os dejo un artículo sacado de una revista online de una asociación malagueña que se dedica a buscar casa a perros abandonados.


Un perro reconforta a su propietaria; las pruebas confirman que también lo harían con extraños.


Un éxito de adopción de ADANA 

La mayoría de los propietarios de perros pueden confirmarlo, un amigo de cuatro patas acude siempre raudo a dar la caricia necesaria cuando uno se siente un poco bajo de ánimo. Pero esta empatía, afirman los científicos, se extiende también a los extraños: creen que los perros buscan de forma natural apoyar a los humanos que no se encuentran bien. En las pruebas, cuando su propietario o un extraño comenzaba a llorar, la mayoría de los perros se acercaron "proporcionando apoyo y reconfortando". Los investigadores de Goldsmith, Universidad de Londres, afirman que ha habido evidencia anecdótica de estos hechos en el pasado, pero ningún estudio científico que lo probase. Grabaron a 18 perros de diferentes razas en sus hogares cuando sus dueños, y luego un extraño, comenzaba a hablar, a murmurar en voz alta y finalmente hacía como que lloraba. Todos los perros menos tres dejaron lo que estaban haciendo y se acercaron a la persona con sumisión, y los tocaron para reconfortarlos incluso cuando se trataba de un extraño. La autora principal Jennifer Mayer afirma que este comportamiento, que es relativamente sofisticado, pone a los perros a la altura de los niños pequeños, que tratan de reconfortar a la gente dando un abrazo o un juguete. Los niños más pequeños, por otra parte, a menudo comienzan a llorar cuando ven a alguien más hacerlo, compartiendo su malestar pero sin intentar aliviarlo. El perro más joven del experimento era un labrador de ocho meses que estaba ensimismado persiguiéndose la cola hasta que alguien fingió el llanto. Entonces se acercó corriendo y puso las patas en el hombro de la persona que lloraba. Mayer declaró: "Independientemente de si se trataba de su dueño o de un extraño, ante el llanto de una persona la mayoría de los perros se acercaron de forma silenciosa y sumisa que sugiere una forma de reconfortar a la persona. No se acercaron a sus dueños cuando lloró el extraño, lo que habría representado una búsqueda de alivio de su propio malestar, como los niños que lloran cuando otro bebé lo hace. Estaban respondiendo a la emoción de la persona, no a sus propias necesidades".

0 Response to "No me abandones, yo no lo haría."

Publicar un comentario

365 consejos para ser feliz 2