Felicidad Ahora

Son muchos los niños que tienen libertad para hacer lo que quieren. Algunos padres malcrían a sus niños diciendo: a mi niño no le va a faltar de nada. Esos niños viven casi sin reglas, todo lo que quieren lo consiguen, y sin darse cuenta se vuelven débiles. La libertad de elegir la tenemos desde que nacemos hasta que morimos, aunque esa libertad de elegir no siempre la entendemos. Las personas que son adictas a algo, usan su libertad para perderla al caer en las garras de la adicción. Es una paradoja pero es así, si hacemos mal uso de la libertad, perdemos la libertad. Son las reglas, los mandamientos, los que nos mantienen en el camino correcto y en la verdadera libertad. Cuando un padre le dice a su hijo que no meta los dedos en el enchufe, el niño tiene la libertad de hacerlo y ha de acarrear con las consecuencias. Si el niño hace caso a su padre no probará la descarga eléctrica; no es necesario probarlo si confía en su padre. Por eso, los mandamientos y muchas reglas que tenemos en la tierra están para ayudarnos a tener más libertad.